(Capitulo 3: un día extraño)
Caminaba por un sendero frondoso cuando escuche un quejido detrás de unos matorrales me acerqué con mucho cuidado, para no hacer ruido, luego asome mi cabeza y allí tendido sobre el pasto había un inmenso lobo color marrón y a su lado una niña de cuatro años.
Al lobo le sangraba el estomago, de la herida Salí sangre a borbotones y la nena tenía la ropa manchada con sangre, esa imagen me dio asco, intente acercarme para agarrarla, pero cada vez que estiraba la mano, ellos se iban más lejos, la situación era desesperante. De repente un escalofrió me subía por la nuca, me mire las manos y me asuste al ver que estaban ensangrentadas, volví a intentar tomar a la niña pero no podía, no podía tocarla ella se iba mas y mas lejos, la situación era desesperante.
_¡No! ¡no!Me levante gritando y extendiendo los brazos aterrada.
Maite entro prácticamente corriendo en mi cuarto, no entendí como pudo escuchar mi grito, si ella estaba en el piso de abajo, debió haber subió muy rápido. Se sentó junto a mí y me tomo la mano. Yo temblaba incontrolable mente.
_Alma que ha ocurrido, ¿estás bien?, creo que te ha escuchado todo el vecindario.
Yo respiraba agitada, sudaba y estaba muy nerviosa_ solo fue una pesadilla, estoy bien.
_Segura, quieres contarme que soñaste, quizás eso te calme.
Yo dude unos instantes pero luego, pensé en que quizás si le contaba lo que había soñado ella podría ayudarme, así que le conté mi perturbador sueño, pero solo le conté este.
_y ¿qué opinas?
_interesante, que cosa rara y ¿tuviste otro sueño antes de este?
lo pensé unos segundos y después de pensarlo, Mentí diciendo que esta era la primera vez que soñaba algo así
_Deja que pase un tiempo, seguramente no es nada. Me respondió calmada mente luego me beso la cabeza y se retiró de mi cuarto para que me pudiera cambiar.
Me levanté de la cama y me dirigí al armario, me sorprendi al ver mi ropa toda colgada y ordenada. recordaba haberla dejado adentro del bolso, de allí saque, unos pantalones azules, una remera de manga larga blanca, un buzo bordo medio ajustado al cuerpo, una bufanda negra, unos guantes y por ultimo tome, unas zapatillas que mas bien eran botas. Lo acomode todo a un lado y poco a poco me vestí. Cuando estuve lista baje a desayunar.
Al entrar en la cocina casi se me salen los ojos de la órbita, sentada junto a Maite estaba la misma mujer que yo había conocido en el tren.
_ “¿Usted?” dije sorprendida
_Pero qué casualidad. Respondió la mujer al tiempo que se paraba de su silla.
_ ¿Se conocen? Intervino Maite sorprendida.
_Algo así. Respondí
_Bueno entonces hago la presentación formal. Acoto Maite. _ Alma ella es Celia Brown, Celia ella es mi ...Yo termine su oración diciendo. _ Soy su aijada
_Es un placer conocerte, Maite me hablado mucho de ti, quien iba a decir que nos conoceríamos sin saberlo.
_Si te vi luego de…
Maite me interrumpió diciendo que por favor la esperara en el auto, que tenía que terminar de hablar algo con Celia.
Salí de la casa con la mochila al hombro y sentí que el corazón se me salía de su lugar cuando lo vi allí parado junto al auto de Celia. Alto, apuesto, con una mirada que me derretía, era el chico de la estación de tren. Al verme clavó sus hermosos ojos en mí, eso me hizo latir el corazón tan fuerte que dolió, ¿Por qué me hacía sentir así, si recién nos conocíamos? y ¿porque razón me sentía nerviosa en su presencia?
Me quede prendida de su mirada, por alguna razón no podía apartar mis ojos azules, de los suyo. Pero Celia, si logro romper la conexión, no porque yo apartara la vista si no porque el respondió al llamado de su madre.
_ Lió, hijo, vamos que se nos hace tarde.
El dio vuelta la mirada y entro en el auto, pero por alguna extraña razón yo sentía que me seguía observando.
Maite me hizo perder la concentración._¿Alma estas lista?
_Sí.
Entre en la camioneta y me sujete el cinturón de seguridad, luego me ate mi hermoso pelo color marrón claro, en una trenza, mientras hacía esto, Maite que ya había entrado en el auto, me miraba alegremente.
_ ¿Qué sucede? Pregunte con seriedad.
Ella me miro y solo sonrió, luego exclamo. _Nada, es solo que te miro y me recuerdas tanto a tu madre.
Yo me sonroje, y sentí el asomo de una lágrima en mis intensos ojos azules. _Gracias supongo que soy lo único que queda de ella.
Maite asintió y luego agrego.
_Bueno, Lio me hace acordar a tu padre.
_ ¿Lio? ¿Quién es? Pregunte disimuladamente
_ Es el hijo de Celia, es que acaso no lo viste cuando saliste de la casa.
_Ah te refieres al muchacho que estaba recién aquí, parado junto al auto de…
Me detuve ya que estaba dando demasiada información, esto me delataría.
_Si, ese.
Savia que Maite no me creía, ella savia que yo si me había fijado en Lio, pero no me siguió interrogando, solo dejo pasar el tema, como si esperara que yo misma le comentara cuanto me había gustado aquel chico.
Cuando llegamos al instituto, antes de que yo bajara del auto, Maite me tomo del brazo con suavidad y dijo. _Alma si te sientes mal o acaso no te sientes cómoda, solo bastará un llamado, recuerda que el primer día es de prueba.
_Estaré bien, no te preocupes. Luego de decir esto me despedí de ella y me baje del auto, ella aceleró y se marchó, la vi perderse en la carretera nevada, respire hondo y entre en la escuela.
Me apresure hacia el salón, al llegar a la puerta un hombre de unos cuarenta y ocho años con el pelo color castaño ceniza y los ojos color ocre, me saludo en la puerta.
_Buenos días, yo soy Milo su profesor de historia, Alma Wolves verdad.
_Si, así es.
Luego de ese intercambio de palabras ambos entramos en el salón. El hizo callar a los alumnos y luego me pidió que diera un paso al frente._ Chicos, chicas ella es Alma, les pido que la traten bien, que no se repita lo de la última vez.
Se escucharon unas risas por lo bajo, luego un rotundo silenció. Sentí que se me erizaban los pelos de la nuca, con las palabras de Milo.
El profesor me sentó junto a una muchacha que estaba ubicada en una de las mesas de adelante, parecía que su compañerío de banco aún no había llegado. Me ubiqué junto a ella y luego saque un cuaderno de apuntes de mi mochila.
_Hola, me llamo Ema. Me dijo sin sacar su atención de lo que estaba haciendo.
Ema tenía el pelo color ocre con unos bucles que le caían tras la espalda, tenía los ojos de un lindo color avellana y su color de piel era algo pálida.
_hola. Respondí yo
_y ¿que se siente llegar en historia del aburrimiento? Me pregunto con una sonrisa burlona.
No pude evitar sonreír._ Definitivamente un mal momento.
Me quede toda la clase hablando con Ema, definitivamente conectamos al instante, a pesar de que no teníamos muchas cosas en común, ambas coincidíamos en barias cosas. Cuando llego la hora de recreo, ambas nos sentamos en una banca cerca de un estanque congelado que había junto a edificio de secundaria.
_ ¿Y cuando te mudaste? Me pregunto mientras sacaba un alfajor de su mochila.
_Un día y medio aproximadamente, pero ya conocía Forks de todos modos, antes vivía aquí.
Ella me miro sorprendida mientras masticaba, trago y exclamo. _Entonces conoces bien los alrededores, verdad.
_De hecho no recuerdo mucho, yo tenia solo cinco años cuando me mude de aquí.
_Y ¿porque te mudaste?
Sentí que se me hacia un nudo en la garganta, ya que jamás había tocado ese tema con ninguna otras persona que no fuera mi familia.
_Es que mis padres fallecieron cuando yo era pequeña, luego de eso mi tía me adopto y me crió.
Note como su rostro se tornaba pálido, luego de eso se quedo en silencio, parecía demasiado sorprendida por la noticia, no entendí bien porque.
_ ¿vos sos la hija de Luna?
Abrí los ojos lo mas que pude por la sorpresa, trague saliva y luego pregunte _ ¿La conocías?
_yo no. Su vos sonó apagada y algo triste. _ Pero mi mama si la conocía, si quieres luego de la escuela podemos ir a verla, así te habla acerca de ella, ¿que te parece?
su entusiasmo vasto para que se me iluminara el rostro, así que acepté su invitación.
Luego de la escuela arregle con Maite para que nos llevara a la casa de Ema, daba la casualidad que ella vivía en el mismo barrio que yo. A si que solo caminamos desde mi casa asta la suya.
Al llegar le di un vistazo al perímetro del lugar, la casa de Ema era preciosa, era pequeña pero acogedora, ideal para cuatro personas, justo el número que vivían allí. Mi nueva amiga, vivía con su madre Emilia, su padre Tadeo y su hermano de 4 años Thai.
Al entrar a la casa un perfume a miel y canela me invadió la nariz, era delicioso. Nos acercamos a la cocina, allí estaba la sr. Emilia junto al ornó revisando que no se le quemara una torta que había puesto a cocinar.
_Mama ella es…
_Un minuto hija que se me va a pasar la torta. Le respondió su madre
_pero es importante. Reprocho Ema
_Hija se paciente.
Escuche a Ema exhalar la respiración agobiada. _ Mama tenemos visitas.
Emilia se dio vuelta rápidamente. La mujer era el calco de Ema solo que su pelo era de un intenso color marrón chocolate, sus ojos eran avellana y usaba unos simpáticos anteojos color canela.
_Oh como no me dijiste antes, mírame me hubiera arreglado, no me dijiste que venias con una amiga.
Ema meneo la cabeza, mientras daba vuelta los ojos, yo sonreí y luego exclame. _ Hola es un placer mi nombre es Alma.
_Ah es un placer, me llamo…
_Emilia, ¿verdad?
_como lo has sabido.
Yo esbocé una sonrisa y luego di a conocer mi fuente de datos. Ema me había contado acerca de su familia, así que yo ya me savia bien sus nombres.
_ ¿Cuando te has mudado? Me pregunto la mama de Ema con curiosidad
_Un día y medio aproximadamente. Dije yo
_¿Has vivido aquí antes? te veo cara conocida.
_Eso era de lo que queríamos hablar mama. Intervino Ema
_ ¿De que cosa?
Yo respire antes de contestar. _eh, yo soy hija de Luna, tengo entendido que se conocían.
_¿luna es tu mama?… No, eso es imposible, ella no... ¿que edad tienes?
_ dieciséis y medio, en primavera cumplo 17.
_Pero...¿ si vos sos su hija? quien murió el día del incendio con ellos…
Emilia se dio cuenta de que me estaba dando a conocer mucha información que yo no savia.
_¡¡¡INCENDIO!!! , ¿Cual incendio?
_Es que acaso Marilyn no te ha contado lo que paso…
_ ¿Mi tía lo savia?
Caminaba por un sendero frondoso cuando escuche un quejido detrás de unos matorrales me acerqué con mucho cuidado, para no hacer ruido, luego asome mi cabeza y allí tendido sobre el pasto había un inmenso lobo color marrón y a su lado una niña de cuatro años.
Al lobo le sangraba el estomago, de la herida Salí sangre a borbotones y la nena tenía la ropa manchada con sangre, esa imagen me dio asco, intente acercarme para agarrarla, pero cada vez que estiraba la mano, ellos se iban más lejos, la situación era desesperante. De repente un escalofrió me subía por la nuca, me mire las manos y me asuste al ver que estaban ensangrentadas, volví a intentar tomar a la niña pero no podía, no podía tocarla ella se iba mas y mas lejos, la situación era desesperante.
_¡No! ¡no!Me levante gritando y extendiendo los brazos aterrada.
Maite entro prácticamente corriendo en mi cuarto, no entendí como pudo escuchar mi grito, si ella estaba en el piso de abajo, debió haber subió muy rápido. Se sentó junto a mí y me tomo la mano. Yo temblaba incontrolable mente.
_Alma que ha ocurrido, ¿estás bien?, creo que te ha escuchado todo el vecindario.
Yo respiraba agitada, sudaba y estaba muy nerviosa_ solo fue una pesadilla, estoy bien.
_Segura, quieres contarme que soñaste, quizás eso te calme.
Yo dude unos instantes pero luego, pensé en que quizás si le contaba lo que había soñado ella podría ayudarme, así que le conté mi perturbador sueño, pero solo le conté este.
_y ¿qué opinas?
_interesante, que cosa rara y ¿tuviste otro sueño antes de este?
lo pensé unos segundos y después de pensarlo, Mentí diciendo que esta era la primera vez que soñaba algo así
_Deja que pase un tiempo, seguramente no es nada. Me respondió calmada mente luego me beso la cabeza y se retiró de mi cuarto para que me pudiera cambiar.
Me levanté de la cama y me dirigí al armario, me sorprendi al ver mi ropa toda colgada y ordenada. recordaba haberla dejado adentro del bolso, de allí saque, unos pantalones azules, una remera de manga larga blanca, un buzo bordo medio ajustado al cuerpo, una bufanda negra, unos guantes y por ultimo tome, unas zapatillas que mas bien eran botas. Lo acomode todo a un lado y poco a poco me vestí. Cuando estuve lista baje a desayunar.
Al entrar en la cocina casi se me salen los ojos de la órbita, sentada junto a Maite estaba la misma mujer que yo había conocido en el tren.
_ “¿Usted?” dije sorprendida
_Pero qué casualidad. Respondió la mujer al tiempo que se paraba de su silla.
_ ¿Se conocen? Intervino Maite sorprendida.
_Algo así. Respondí
_Bueno entonces hago la presentación formal. Acoto Maite. _ Alma ella es Celia Brown, Celia ella es mi ...Yo termine su oración diciendo. _ Soy su aijada
_Es un placer conocerte, Maite me hablado mucho de ti, quien iba a decir que nos conoceríamos sin saberlo.
_Si te vi luego de…
Maite me interrumpió diciendo que por favor la esperara en el auto, que tenía que terminar de hablar algo con Celia.
Salí de la casa con la mochila al hombro y sentí que el corazón se me salía de su lugar cuando lo vi allí parado junto al auto de Celia. Alto, apuesto, con una mirada que me derretía, era el chico de la estación de tren. Al verme clavó sus hermosos ojos en mí, eso me hizo latir el corazón tan fuerte que dolió, ¿Por qué me hacía sentir así, si recién nos conocíamos? y ¿porque razón me sentía nerviosa en su presencia?
Me quede prendida de su mirada, por alguna razón no podía apartar mis ojos azules, de los suyo. Pero Celia, si logro romper la conexión, no porque yo apartara la vista si no porque el respondió al llamado de su madre.
_ Lió, hijo, vamos que se nos hace tarde.
El dio vuelta la mirada y entro en el auto, pero por alguna extraña razón yo sentía que me seguía observando.
Maite me hizo perder la concentración._¿Alma estas lista?
_Sí.
Entre en la camioneta y me sujete el cinturón de seguridad, luego me ate mi hermoso pelo color marrón claro, en una trenza, mientras hacía esto, Maite que ya había entrado en el auto, me miraba alegremente.
_ ¿Qué sucede? Pregunte con seriedad.
Ella me miro y solo sonrió, luego exclamo. _Nada, es solo que te miro y me recuerdas tanto a tu madre.
Yo me sonroje, y sentí el asomo de una lágrima en mis intensos ojos azules. _Gracias supongo que soy lo único que queda de ella.
Maite asintió y luego agrego.
_Bueno, Lio me hace acordar a tu padre.
_ ¿Lio? ¿Quién es? Pregunte disimuladamente
_ Es el hijo de Celia, es que acaso no lo viste cuando saliste de la casa.
_Ah te refieres al muchacho que estaba recién aquí, parado junto al auto de…
Me detuve ya que estaba dando demasiada información, esto me delataría.
_Si, ese.
Savia que Maite no me creía, ella savia que yo si me había fijado en Lio, pero no me siguió interrogando, solo dejo pasar el tema, como si esperara que yo misma le comentara cuanto me había gustado aquel chico.
Cuando llegamos al instituto, antes de que yo bajara del auto, Maite me tomo del brazo con suavidad y dijo. _Alma si te sientes mal o acaso no te sientes cómoda, solo bastará un llamado, recuerda que el primer día es de prueba.
_Estaré bien, no te preocupes. Luego de decir esto me despedí de ella y me baje del auto, ella aceleró y se marchó, la vi perderse en la carretera nevada, respire hondo y entre en la escuela.
Me apresure hacia el salón, al llegar a la puerta un hombre de unos cuarenta y ocho años con el pelo color castaño ceniza y los ojos color ocre, me saludo en la puerta.
_Buenos días, yo soy Milo su profesor de historia, Alma Wolves verdad.
_Si, así es.
Luego de ese intercambio de palabras ambos entramos en el salón. El hizo callar a los alumnos y luego me pidió que diera un paso al frente._ Chicos, chicas ella es Alma, les pido que la traten bien, que no se repita lo de la última vez.
Se escucharon unas risas por lo bajo, luego un rotundo silenció. Sentí que se me erizaban los pelos de la nuca, con las palabras de Milo.
El profesor me sentó junto a una muchacha que estaba ubicada en una de las mesas de adelante, parecía que su compañerío de banco aún no había llegado. Me ubiqué junto a ella y luego saque un cuaderno de apuntes de mi mochila.
_Hola, me llamo Ema. Me dijo sin sacar su atención de lo que estaba haciendo.
Ema tenía el pelo color ocre con unos bucles que le caían tras la espalda, tenía los ojos de un lindo color avellana y su color de piel era algo pálida.
_hola. Respondí yo
_y ¿que se siente llegar en historia del aburrimiento? Me pregunto con una sonrisa burlona.
No pude evitar sonreír._ Definitivamente un mal momento.
Me quede toda la clase hablando con Ema, definitivamente conectamos al instante, a pesar de que no teníamos muchas cosas en común, ambas coincidíamos en barias cosas. Cuando llego la hora de recreo, ambas nos sentamos en una banca cerca de un estanque congelado que había junto a edificio de secundaria.
_ ¿Y cuando te mudaste? Me pregunto mientras sacaba un alfajor de su mochila.
_Un día y medio aproximadamente, pero ya conocía Forks de todos modos, antes vivía aquí.
Ella me miro sorprendida mientras masticaba, trago y exclamo. _Entonces conoces bien los alrededores, verdad.
_De hecho no recuerdo mucho, yo tenia solo cinco años cuando me mude de aquí.
_Y ¿porque te mudaste?
Sentí que se me hacia un nudo en la garganta, ya que jamás había tocado ese tema con ninguna otras persona que no fuera mi familia.
_Es que mis padres fallecieron cuando yo era pequeña, luego de eso mi tía me adopto y me crió.
Note como su rostro se tornaba pálido, luego de eso se quedo en silencio, parecía demasiado sorprendida por la noticia, no entendí bien porque.
_ ¿vos sos la hija de Luna?
Abrí los ojos lo mas que pude por la sorpresa, trague saliva y luego pregunte _ ¿La conocías?
_yo no. Su vos sonó apagada y algo triste. _ Pero mi mama si la conocía, si quieres luego de la escuela podemos ir a verla, así te habla acerca de ella, ¿que te parece?
su entusiasmo vasto para que se me iluminara el rostro, así que acepté su invitación.
Luego de la escuela arregle con Maite para que nos llevara a la casa de Ema, daba la casualidad que ella vivía en el mismo barrio que yo. A si que solo caminamos desde mi casa asta la suya.
Al llegar le di un vistazo al perímetro del lugar, la casa de Ema era preciosa, era pequeña pero acogedora, ideal para cuatro personas, justo el número que vivían allí. Mi nueva amiga, vivía con su madre Emilia, su padre Tadeo y su hermano de 4 años Thai.
Al entrar a la casa un perfume a miel y canela me invadió la nariz, era delicioso. Nos acercamos a la cocina, allí estaba la sr. Emilia junto al ornó revisando que no se le quemara una torta que había puesto a cocinar.
_Mama ella es…
_Un minuto hija que se me va a pasar la torta. Le respondió su madre
_pero es importante. Reprocho Ema
_Hija se paciente.
Escuche a Ema exhalar la respiración agobiada. _ Mama tenemos visitas.
Emilia se dio vuelta rápidamente. La mujer era el calco de Ema solo que su pelo era de un intenso color marrón chocolate, sus ojos eran avellana y usaba unos simpáticos anteojos color canela.
_Oh como no me dijiste antes, mírame me hubiera arreglado, no me dijiste que venias con una amiga.
Ema meneo la cabeza, mientras daba vuelta los ojos, yo sonreí y luego exclame. _ Hola es un placer mi nombre es Alma.
_Ah es un placer, me llamo…
_Emilia, ¿verdad?
_como lo has sabido.
Yo esbocé una sonrisa y luego di a conocer mi fuente de datos. Ema me había contado acerca de su familia, así que yo ya me savia bien sus nombres.
_ ¿Cuando te has mudado? Me pregunto la mama de Ema con curiosidad
_Un día y medio aproximadamente. Dije yo
_¿Has vivido aquí antes? te veo cara conocida.
_Eso era de lo que queríamos hablar mama. Intervino Ema
_ ¿De que cosa?
Yo respire antes de contestar. _eh, yo soy hija de Luna, tengo entendido que se conocían.
_¿luna es tu mama?… No, eso es imposible, ella no... ¿que edad tienes?
_ dieciséis y medio, en primavera cumplo 17.
_Pero...¿ si vos sos su hija? quien murió el día del incendio con ellos…
Emilia se dio cuenta de que me estaba dando a conocer mucha información que yo no savia.
_¡¡¡INCENDIO!!! , ¿Cual incendio?
_Es que acaso Marilyn no te ha contado lo que paso…
_ ¿Mi tía lo savia?
Emilia me miro con compasión. _ Creo que ella tendría que…
No deje que Emilia terminara la oración, salí de la casa corriendo. No me importo lo que me iba a decir, no quería escucharlo de la boca de Emilia, quería escucharlo de la boca de mi propia familia o le que quedaba de ella.
Vi como las personas de la vecindad me observaban con rareza en otro momento de mi vida me hubiera sentido aterrada con tanta atención y prejuicio, pero hoy no era el día, la ira y la confusión emanaban de mi eran mucho mas fuertes que cualquier otro sentimiento que pudiera sentir.
El único pensamiento que rosaba mi mente era: (porque nadie me lo dijo, porque tuve que descubrirlo de este modo, Maite lo sabia y se lo guardo)
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