se paro en la orilla del mar y contemplo embelesada el magnifico ocaso que se alzaba frente a ella.
El tiempo corría y ella seguía allí esperando ¿el que? no lo sabia. Se hizo de noche y las estrellas se alzaron en el cielo como hermosos diamantes.
Supo que su espera había acabado, cuando un cosquilleo le recorrió la nuca. Se volteo lentamente hasta que lo vio parado a unos metros de ella, su figura estaba recortada por la luna y sus alas blancas brillaban con luz propia.
-Es impresionante- pensó mientras comenzaba a caminar hacia el, luego ya no caminaba, trotaba, luego ya no trotaba, corría, corría para llegar a el, para alcanzarlo.
Quería abrasarlo y que la abrasara, quería que la envolviera con sus alas blancas y la elevara con el hasta las estrellas.
Deseaba que escribiera con tinta de estrellas sus nombres en el cielo
Deseaba no estar soñando o que si soñaba su sueño jamas acabara.
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